Siempre es saludable licenciar tu código por razones prácticas, evitando así que individuos que se encuentran bajo coerción de leyes de derechos de autor no puedan usar tu trabajo.
Las licencias recomendadas son licencias muy permisivas o equivalentes al dominio público que tienen un buen historial de interacción con otras formas de pensar sobre la propiedad intelectual. Asegurando así la mayor compatibilidad práctica para el fin común que es el acceso libre al código fuente.